Molino de los frailes

El molino harinero de los Frailes es uno de los edificios con más historia de Sant Vicenç dels Horts. De origen medieval, el monasterio de Sant Pau del Camp lo compró en 1370 y asoció el nombre. Entonces, el molino disponía de tres muelas. A inicios del siglo XVI el molino quedó bajo la protección de Fernando el Católico. Después de un breve período de dependencia del monasterio de Montserrat (1583-1723), fue traspasado al monasterio de Sant Pau, momento en el que se colocó el relieve del santo empotrado sobre el arco de medio punto del portal de entrada.

Con la desamortización de los bienes eclesiásticos del s. XIX, el Estado lo vende en subasta en 1877 a Antoni Xuriguer Andario, un hacienda barcelonés. A partir de este momento, los cambios de propietario son frecuentes hasta que acaba en manos del Ayuntamiento de Sant Vicenç, ya en etapa contemporánea. En esta segunda etapa moderna el molino estuvo activo sólo con dos muelas.

La estructura del edificio es la clásica de un molino hidráulico, que se preserva en buena parte. La zona de las muelas se mantiene enterrada debajo de la masía, donde dos bóvedas góticas custodian dos de las muelas (inferior y superior) y un alzador de hierro moderno. También destacan los tres arcos de salida de agua de los carcabanes y la gran balsa en el sector sur.

Los molinos no son un edificio nada extraño en el paisaje de Sant Vicenç y, aunque ahora sólo se conserva el Molí dels Frares, eran habituales en los cauces del Llobregat y en las rieras de Torrelles y Cervelló.